Según señala, las personas afectadas de melanoma responden bien, en la mayoría de los casos, a las terapias dirigidas contra el gen BRAF, clave en el crecimiento del tumor. Sin embargo, la efectividad de estos tratamientos está comprometida debido a que las respuestas no son duraderas y los pacientes recaen por la adquisición de resistencia a los tratamientos.
Por ello, según explica la UPNA en una nota, Marta Redondo ha puesto el foco en la manera en que las células del melanoma utilizan el metabolismo de la grasa (ácidos grasos) para adquirir resistencia a un tipo de medicamento específico (inhibidores de BRAF), que se usa para combatir este tumor.
Durante su investigación, ha descubierto que un medicamento prescrito para tratar la angina de pecho, llamado ranolazina, puede ayudar a ralentizar el crecimiento del cáncer de piel. Además, también ha encontrado que este fármaco hace que las células cancerosas sean más visibles para el sistema inmunitario, mejorando la respuesta a las inmunoterapias, otro tipo de tratamiento utilizado en melanoma y aumentando la capacidad del sistema inmunitario para atacar al tumor.