El tratamiento anticoagulante es un pilar fundamental del manejo de muchas enfermedades cardiovasculares, y optimizar su control contribuye a disminuir las complicaciones asociadas. Por ello, y con el objetivo de reforzar el conocimiento de los pacientes sobre aspectos claves de su tratamiento anticoagulante y fomentar su autocuidado, la Fundación Jiménez Díaz y los otros tres Hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública madrileña -los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba (Collado Villalba)- han celebrado su IIIJornada formativa para pacientes en telecontrol

«Estas jornadas van dirigidas a los pacientes en tratamiento anticoagulante con antagonistas de la vitamina K (AVK, sintrom® o aldocumar®) que están en el programa de control telemático de su tratamiento (telecontrol) o a pacientes que, aunque no están en este programa, tengan interés en conocerlo o puedan beneficiarse de él en un futuro», explica la Dra. Pilar Llamas, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia de esta red hospitalaria.

A pesar de que actualmente existen alternativas de fármacos anticoagulantes, que se administran de forma oral, en dosis fijas y no requieren controles frecuentes del efecto anticoagulante, estos no están indicados en todos los pacientes comenta por su parte la Dra. Rosa Vidal, hematóloga de la Fundación Jiménez Díaz.

Pacientes como los portadores de válvulas cardíacas metálicas, aquellos con síndrome antifosfolípido o fibrilación auricular con estenosis mitral reciben tratamiento anticoagulante con AVK, cuya dosis es personalizada y no es fija, sino que precisa de una monitorización periódica de un parámetro llamado INR que se realiza a través de la medición en sangre (capilar o venosa).

«Este índice nos indica el tiempo que tarda en coagularse la sangre de una persona. Según cada patología, el paciente tendrá establecido por su médico un rango terapéutico de INR, que suele ser entre 2-3», comenta la especialista, quien destaca que los factores que más pueden influir en un mal control del INR son «la mala adherencia al tratamiento, no llevar una dieta equilibrada y tomar un consumo excesivo de alcohol».

Fuente: Quirónsalud 17-11-2021